En la historia del rock, pocos nombres evocan tanto poder, controversia y magnetismo como el de Ozzy Osbourne. Nacido como John Michael Osbourne el 3 de diciembre de 1948 en Birmingham, Inglaterra, su vida fue un viaje electrizante desde las penumbras de la clase obrera británica hasta el trono de la oscuridad musical mundial. Su historia, marcada por excesos, genialidad y resurrecciones artísticas, es la de una figura que desafió constantemente los límites de la música, la moral y su propia existencia.
De Birmingham al Infierno
Ozzy creció en una familia humilde en una ciudad industrial golpeada por la posguerra. Con escasa educación formal y múltiples trabajos frustrados, su vida parecía destinada al anonimato. Pero la música —particularmente The Beatles— despertó en él una pasión feroz. En 1968, junto al guitarrista Tony Iommi, el bajista Geezer Butler y el baterista Bill Ward, formó Black Sabbath, banda que marcaría el nacimiento oficial del heavy metal. Con su primer disco homónimo, lanzado en 1970, crearon un sonido oscuro, pesado y provocador que definió un nuevo género.
La voz aguda y fantasmal de Osbourne, unida a sus letras satánicas y apocalípticas, encendió la alarma en los sectores conservadores y el fervor en millones de fanáticos. Álbunes como Paranoid, Master of Reality y Vol. 4 son hoy considerados clásicos eternos del metal.
El Diablo también llora
A pesar del éxito, el consumo descontrolado de drogas y alcohol de Ozzy lo llevó a ser expulsado de Black Sabbath en 1979. Muchos pensaron que era su final. Sin embargo, el destino le tenía reservada su etapa más gloriosa.
Con el respaldo de su esposa y mánager Sharon Osbourne, relanzó su carrera solista con Blizzard of Ozz (1980), disco que contenía himnos como "Crazy Train" y "Mr. Crowley". Acompañado por el virtuoso guitarrista Randy Rhoads, su nueva etapa lo consolidó como una figura icónica. La muerte de Rhoads en 1982 fue un golpe devastador, pero Ozzy perseveró, reinventándose una y otra vez con álbumes como Diary of a Madman, No More Tears y Ozzmosis.
El Showman eterno
A mediados de los años 2000, Ozzy volvió a sorprender al mundo, pero esta vez desde la pantalla chica. The Osbournes, un reality show protagonizado por su familia, lo mostró como un personaje torpe, entrañable y humano, muy lejos del demonio que muchos habían imaginado. El programa fue un éxito rotundo y acercó su figura a nuevas generaciones.
Una despedida anunciada
En los últimos años, Ozzy enfrentó graves problemas de salud. Parkinson, caídas, infecciones y múltiples cirugías lo alejaron progresivamente de los escenarios. A pesar de todo, lanzó el disco Patient Number 9 en 2022, donde volvió a demostrar que su espíritu sigue siendo indomable.
El mundo se estremeció en 2025 con la noticia de su fallecimiento. Si bien su salud se venía deteriorando, su muerte marcó el final de una era. Las redes sociales, los escenarios y los medios de todo el mundo se colmaron de homenajes. El "Príncipe de las Tinieblas" se convirtió, ahora sí, en leyenda eterna.
Ozzy Osbourne no fue solo un cantante: fue un fenómeno cultural. Cambió la historia del rock, desafió las reglas del entretenimiento y sobrevivió a todo lo que el destino le lanzó. Su voz sigue resonando en cada riff potente, en cada adolescente que descubre el metal, y en cada escenario que aún canta sus canciones.
Ozzy se fue, pero el eco de su locura, su arte y su alma vivirá para siempre. Como él mismo cantó en "See You on the Other Side", “I’ll see you on the other side…”.