Martika, nacida como Marta Marrero el 18 de mayo de 1969 en Whittier, California, es una cantante y actriz estadounidense que irrumpió en la escena musical pop a finales de la década de 1980. Su historia es la de una joven con talento y ambición que logró el estrellato antes de tomar un camino más personal y creativo.
Desde muy joven, Martika mostró una inclinación artística. Su carisma y energía la llevaron a la televisión, donde apareció en el popular programa infantil "Kids Incorporated" a principios de los ochenta. Esta experiencia temprana la puso en contacto con el mundo del espectáculo y le brindó una plataforma para desarrollar sus habilidades como intérprete.
A mediados de la década de 1980, Martika firmó un contrato discográfico con CBS Records. Su álbum debut homónimo, lanzado en 1988, la catapultó a la fama internacional. El sencillo principal, "Toy Soldiers", se convirtió en un éxito masivo, alcanzando los primeros puestos de las listas de éxitos en varios países. Esta balada conmovedora, con su distintivo coro de niños, resonó con el público y estableció a Martika como una fuerza a tener en cuenta en la música pop. Otros sencillos del álbum, como "More Than You Know", también tuvieron un buen desempeño.
El sonido de Martika se caracterizó por una mezcla de pop pegadizo con influencias de dance y R&B, todo ello impulsado por su voz potente y emotiva. Su imagen juvenil y su presencia en el escenario la convirtieron en un ídolo para muchos jóvenes de la época.
En 1991, lanzó su segundo álbum, "Martika's Kitchen". Aunque no alcanzó el mismo nivel de éxito comercial que su debut, el álbum produjo el sencillo "Love... Thy Will Be Done", coescrito con Prince, que se convirtió en otro éxito en las listas. Este álbum mostró una evolución en su sonido, con una mayor exploración de ritmos funk y soul.
Tras el lanzamiento de "Martika's Kitchen", la cantante se tomó un descanso de la escena musical principal. En los años siguientes, se centró en otros proyectos y exploró diferentes facetas de su creatividad.
En la década de 2000, Martika regresó a la música de forma más independiente. Formó el dúo Oppera con su esposo, el músico Michael Mozart. Juntos, lanzaron varios álbumes que exploraban un sonido más electrónico y experimental, alejándose del pop comercial que la había hecho famosa inicialmente.
A lo largo de su carrera, Martika ha demostrado ser una artista versátil y con una visión propia. Si bien su ascenso meteórico a finales de los ochenta la definió para muchos, su trayectoria posterior revela una búsqueda continua de expresión artística y una evolución personal lejos de los focos del pop masivo. Su legado perdura a través de sus éxitos de los ochenta y su exploración musical posterior, mostrando una artista que siempre siguió su propio camino.